Martes 25 de mayo de 2010
G. Kaplan / Opinión
Canarias no puede dejar pasar el tren que nos brinda los recursos naturales de los que disponemos. Hasta la fecha, la economía del archipiélago ha dependido de dos pilares: la construcción y el turismo. Ambos sectores se han tambaleado con la crisis mundial y han dejado al archipiélago con un 30% de paro y lo que es peor, sin visos de recuperación . Los datos y la agónica crisis han demostrado la necesidad que tiene nuestra región de diversificar su economía.
El problema es que no todas las administraciones reman hacia el mismo destino y en ocasiones las principales instituciones públicas ponen trabas a este tipo de inversiones. El porqué… sólo ellos lo saben aunque podemos sospecharlo. Sin duda, Gran Canaria, en especial el Sureste, ha tomado la delantera y está demostrando que se pueden lograr beneficios con las renovables y no me refiero sólo a los medioambientales.
Aún están por llegar las centrales hidroeléctricas, nuevas plantas eólicas, las plantas solares y el aprovechamiento de la fuerza del mar, aún por explotar. Canarias está en el punto de mira internacional en el mundo de la astrofísica gracias al Roque de Los Muchachos, pero quién nos dice a nosotros que no podamos ser un referente en las energías limpias también. Lo que no podemos hacer es perder el tren.
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