Jueves 22 de julio de 2010
A.M.J./ Santa Lucía
Los niños de Santa Lucía de entre 4 y 10 años inscritos en el IV Campus Creativo de Verano, que organiza la Concejalía de Cultura, demuestran sus habilidades artísticas innatas y aprenden otras nuevas a través del teatro la música y otras formas de expresión artística presentes en esta iniciativa. Hasta el próximo 30 de julio en las instalaciones del Ateneo Municipal, un grupo de noventa niños y niñas, de 4 a 10 años, descubren sus inquietudes artísticas de manera práctica, contando con el asesoramiento y dedicación de quince monitores que proponen y dejan hacer para que los pequeños se expresen y experimenten con nuevos materiales y disciplinas que desarrollan sus capacidades personales e intelectuales.
La Concejala de Cultura, Inma Ramírez, afirma que esta iniciativa lúdico-cultural “es una demanda que beneficia sobre todo a los padres que trabajan durante este mes de julio mientras que sus hijos disfrutan y aprenden diferentes disciplinas artísticas, desde las nueve de la mañana hasta casi las dos de la tarde, teniendo los pequeños la oportunidad de descubrir y compartir con otros compañeros sus inquietudes creativas”.
El coordinador cultural del Ateneo y responsable del evento, Paco Alemán, apunta que uno de los objetivos que persigue este campus es el de “incentivar los gustos de estos niños y niñas, descubrirles nuevas actividades por las que puedan aficionarse y desarrollarlas posteriormente en las escuelas artísticas municipales”.
El técnico municipal asegura que uno de los talleres que más éxito tiene es el de cocina, “porque aprenden de manera amena y divertida buenos hábitos para su alimentación, tanto higiénicos como gastronómicos. Aprenden a hacer ensaladas de colores hechas con productos naturales, sus propios sándwiches, pastas, bombones de gofio, y que viene bien para enseñarles que hay un montón de alternativas a la bollería industrial que tan presente está en su día a día”. Buena elección esta , ahora que están en el punto de mira de las instituciones para conseguir la retirada de las maquinas expendedoras de este tipo de bollería y comida poco sana para los pequeños. Alemán subraya que “lo más importante es que ellos se pasan muy bien. Prueba de ello son las caras de enfado de los pequeños cuando sus padres vienen a buscarlos, ahí está de nuevo el éxito de esta iniciativa”.
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